Durante el invierno hay más personas con ansiedad, estrés y depresión: no sucede con todos, pero muchos tienen problemas emocionales porque no salen de sus casas.
Un estudio médico demostró que la falta de ejercicio durante el invierno aumenta el estrés y la depresión en la mayoría de las personas, y que esto unido a la falta de luz solar afecta la salud en diferentes formas.
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La ansiedad es una respuesta que se puede manifestar de forma física o emocional hacía algo que nos provoque miedo, ya sea real o imaginario. La ansiedad se puede manifestar de diversas formas físicas como nervios, miedo, sudoración, presión en el pecho, dificultades al respirar, dolor de cabeza, mareo entre otras.
Si alguna vez has sentido algunos de estos síntomas, entonces te has visto en una situación que provoca ansiedad. El estrés es el motivo más común que produce ansiedad, y eso nos puede traer problemas a la salud.
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En recientes estudios se registraron hallazgos que apoyan que entre el 24 y 31% de personas que sufren problemas cardíacos padecen a la vez trastorno de ansiedad. Esto puede deberse a aumentos en las hormonas responsables de generar ansiedad, llamadas catecolaminas, a su vez se convierte en una discapacidad. Ya que las personas con altos niveles de ansiedad ven afectadas sus funciones de vida normales, tales como su papel en el hogar y trabajo, sus relaciones interpersonales y hasta su relación consigo mismos, viéndose afectados también los patrones alimenticios, de ejercicio y sueño y los niveles de energía consecuentes de estas alteraciones.
Lo anterior según la investigación realizada en la Universidad de Tilburg (Holanda) que fuera publicado en la revista Archives of General Psychiatry.
Este estudio fue dirigido por la científica Elisabeth J. Martens, se dio seguimiento a 1,015 pacientes estables que padecían enfermedades del corazón, a quienes se les hicieron análisis de sangre y orina en forma regular, así como pruebas físicas y electrocardiogramas en un periodo aproximado de cinco años y medio. Se registraron aproximadamente 371 eventos cardiovasculares, con un promedio anual del 9.6% en los 106 participantes con trastornos de ansiedad, en contraposición con el 6.6% de los 909 pacientes sin este padecimiento.
Es de esta manera que se llegó a la conclusión, tras ajustes de edad, sexo y circunstancias individuales de cada uno, que la ansiedad definitivamente incrementa un 74% el riesgo de fallo cardiovascular.
Este tipo de investigaciones señalan que padecer el trastorno de ansiedad puede disminuir gravemente la calidad de vida. Es difícil definir si la ansiedad provoca el fallo cardíaco o si esta se dio a consecuencia del padecimiento cardiovascular. Lo que si es seguro es que la aparición de la ansiedad puede deberse a cambios en los niveles de catecolaminas, un grupo de hormonas entre las que se encuentran la adrenalina y la dopamina.