Usar tacones altos multiplica por diez las operaciones en pies de mujeres

Fue en la cúspide del siglo XVIII cuando muchas modas en las mujeres alcanzaron su punto más álgido al grado de que éstas llegaron a subordinar ciencias y disciplinas como la arquitectura y la medicina.

Desde los tiempos de la reina María Antonieta en la que los arcos de los pórticos tuvieron que hacerse más altos para que las pelucas de las cortesanas pudieran cruzar sin tener que agacharse, hasta el nefasto uso del corset (causante de deformaciones y problemas de circulación) que se extendió hasta el siglo XIX desde que Catalina de Medicis impuso en 1550 en la Corte Real de Francia la prohibición de que las mujeres mostraran cinturas anchas.

Tacones

Hoy en día Catalina de Medici estaría muy orgullosa de saber que las mujeres aún consideran moda los tacones que ella popularizó en 1533 cuando contrajo matrimonio con Enrique II de Francia. Lo malo es que, a diferencia de las enormes pelucas del siglo XVIII -poco prácticas en el mundo de hoy- y las peligrosas consecuencias de salud que trae consigo el corset, el tacón en las mujeres sigue percibiéndose como poco dañino para la salud de éstas. Y es que según lo denunciado en el II Congreso Internacional de Cirugía Mínimamente Invasiva de Pies y de Tobillo, el uso de calzado estrecho, de punta fina y tacón alto supone el factor más importante en la patología del pie.

Según 20 Minutos, la estética y la moda multiplican por 10 las deformidades en los pies de la mujer. Además, muchas de ellas hacen caso a publicidad falsa como aquella que insta a las mujeres a someterse a intervenciones milagro con cirugía láser cuando en realidad, está comprobado que la tecnología láser no es efectiva para las patologías del pie. Por si fuera poco, muchas de estas operaciones son realizadas por “profesionales” sin titulación ni capacitación.

El doctor Mariano de Prado prevé que en los próximos años se incorpore el uso de la robótica para mejorar las operaciones de pies al aumentar la precisión de estas intervenciones. Al mismo tiempo, se pretende contar con quirófanos que funcionen con nuevos métodos de estudios radiográficos tridimensionales durante la realización de la cirugía, que permitan controlar y visualizar con exactitud las estructuras anatómicas lesionadas y la situación de los tejidos colindantes.

Por lo pronto hace falta crear conciencia entre las mujeres asiduas al tacón, de que este tipo de calzado alto sólo debe ser utilizado en ocasiones especiales, más no a diario. Las consecuencias en la salud que esta moda tiene pueden ser permanentes si no se tiene el cuidado de moderar su uso. Después de todo ya no estamos en ninguna corte francesa ni Catalina de Medici está detrás de nosotros imponiendo prohibiciones ridículas.

Las modas cambian cuando éstas se vuelven poco prácticas y habría que ponderar más a fondo una utilidad holística del tacón en las mujeres.

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