Jóvenes y Estudiantes, después del terremoto de 7.2 en Mexicali
Aunque muchas han sido las emociones que han sentido los estudiantes de Mexicali y Baja California, después de haber sentido y vivido el terremoto de 7.2 grados que azotó Mexicali, una es la que prevalece: “Debemos continuar”.
Si vemos en perspectiva lo ocurrido, debemos declarar que el terremoto fue benevolente, no fue tan devastador ni tan severo como ha sucedido en otras partes del mundo.
Muchas han sido las iniciativas estudiantiles y juveniles, tanto de la UABC como del CETYS (y otras instituciones no educacionales) para hacer acopio de víveres y artículos de necesidad primaria para las personas que sufrieron los peores daños, que en su mayoría se concentran en el Valle de Mexicali.
La información en su mayoría venía por Twitter, y una vez más se demuestra como Internet con sus redes sociales de comunicación mediática, son más eficaces que la prensa especializada en momentos como los que se vivieron.
Una cosa si se ha demostrado, Mexicali y Baja California, de ninguna manera estamos preparados para afrontar una catástrofe como la sucedida, si bien no hubo una histeria colectiva o arrebatos irracionales, esto se debió a que en Mexicali había pocas personas, gracias a la semana santa y a que la mayoría se encontraba de vacaciones.
He tenido oportunidad de hablar con varios estudiantes universitarios, tanto de la UABC y el CETYS. Estos siguen estando consternados por lo sucedido pero a la vez tratan de afrontar las cosas y piensan que el futuro tiene que ser un poco más prometedor. Además, la mayoría hace alusión a la zona en la que vivimos, que es altamente sísmica y pues cada tanto tiempo uno de estos terremotos tiene que gestarse de manera sistemática.
Esto aún no termina, sigue un largo camino por recorrer y el poder superar una situación como esta tomará tiempo. Por parte de nuestras autoridades, deberían planificar mejor, edificar mejor, manifestar un proyecto más consciente para poder afrontar situaciones de riesgo como esta que ha sucedido, porque si bien no hemos salido tan mal librados en esta ocasión, nada ni nadie nos asegura que la próxima vez las cosas vayan a ser de la misma manera.